lunes, 2 de junio de 2014

A través de la historia los parámetros que miden lo que es bello y lo que no fueron variando según los aspectos culturales y sociales de cada época, en cada uno de estos periodos gran parte de la sociedad se ha preocupado por lograr el ideal de belleza establecido, convirtiendo a la hermosura en una meta difícil de alcanzar.

Pero si de algo estamos seguros, es que un porcentaje alto de la humanidad rinde culto a la imagen, muchos de estos pasando por el quirófano.  La práctica de modificar la fisionomía es una práctica occidental muy socorrida, por el deseo de ocultar nuestra edad, muchas de las veces con resultados desastrosos, a lo que no optamos por llevar dignamente la fisionomía de envejecer de manera natural.





Los conceptos de belleza son dinámicos y dependientes de la mercadotecnia y de las figuras que la impulsan, pues en los 60’s  cuando se hablaba del cuerpo para vender productos, en películas, fotos, o anuncios eran cuerpos mas llenos, mas trozos, con mas curvas y conforme se operaba en esa época, así mismo operaba la sociedad, entonces necesitamos una búsqueda por lo natural, y esto a su vez va en conjunto con la belleza, pero en la actualidad lo que buscamos es quitar esas cosas que no nos gustan y que hacen que perdamos la armonía en alguna parte de nuestro cuerpo, a lo que quitar los defectos y armonizar la figura se vuelven la premisa fundamental de muchos.




Hay muchos quienes poseen un estilo diferente y atípico al de aquellos que rinden culto a la belleza estereotípica, sin embargo las exigencias sociales y culturales obligan en gran medida a hacer el esfuerzo constante a parecernos a los individuos que lideran la escala de belleza.



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